Poema XXVI Sin avisar se cerró la puerta sin tiempo para reaccionar, o retirar alguna maleta con un proyecto de utilidad; como si fuera una lengua muerta derrotada por posteridad o se tratase de una maqueta que no duplica el original. Y queda este libro sin cubierta (y) sin contenido por revelar, con indiscutible como incierta voluntad de encontrar un final. A no ser que esta dichosa puerta no sea más que una entre un millar, generándose más de una oferta (y) varias opciones por explorar.
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Poema XXIX ¿Se escapan los sueños si pesan los años? ¿Sutil santo y seña o una estampa dolosa? ¿Se ensartan deseos en los aledaños de nada halagüeña existencia azarosa? ¿Cundirá el pánico si sobran ejemplos de sueños quebrados, rotos o truncados? ¿Llegarán a estar sin devotos los templos? ¿Sobrevivirán sin testigos Juzgados? Se envasa el empeño y silencia el rebaño corriente estrategia que no se abandona por más que acapara irreparables daños por más que se alegue que eso no funciona. Y entretanto se corre un tupido velo falta de remedio para tanto agravio para el que sólo nos quedará el consuelo de ser algo más viejos y algo más sabios.
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